Los abejorros se unirán a la lucha contra el crimen en el Reino Unido para perfeccionar una técnica diseñada para atrapar asesinos en serie.
Los abejorros se comportan de la misma forma que los asesinos en serie.
Según científicos de la Universidad de Londres, cuando se trata de buscar alimento, las abejas se comportan de la misma forma que un asesino en serie cuando busca a su víctima.
Por eso, estos humildes insectos ayudarán a los investigadores a perfeccionar una técnica llamada perfil geográfico del criminal, afirma el estudio publicado en Journal of the Royal Society Interface (Revista de la Sociedad Real Interfaz).
El perfil geográfico (PG) es una técnica que utilizan muchas fuerzas de policía alrededor del mundo para ayudarles a priorizar su lista de sospechosos en investigaciones de asesinos en serie.
La técnica analiza la actividad geográfica de los criminales y, basándose en ésta, los investigadores pueden establecer hipótesis sobre el domicilio del criminal y prever sus movimientos y zonas de acción.
Los investigadores de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas Queen Mary de la Universidad de Londres, junto con Kim Rossmo -el detective estadounidense que inventó la técnica criminalística- utilizaron el perfil geográfico para estudiar los patrones de búsqueda de forraje de los abejorros.
Los científicos descubrieron que igual que los asesinos evitan atacar a sus víctimas en áreas cercanas a su hogar, los abejorros buscan su forraje en zonas alejadas de sus colmenas.
Zona "segura"
Este PG funcionó tan bien en las abejas, dicen los investigadores, que ahora estos insectos serán incorporados a los experimentos para mejorar la resolución de crímenes.
"El perfil geográfico es de mucho interés para los biólogos porque nos ayuda a entender las estrategias que los animales utilizarán al buscar alimento" explica el doctor Nigel Raine, uno de los científicos involucrados en el proyecto.
Las abejas fueron monitoreadas con etiquetas de Identificación de Radio Frecuencia.
"Y también es de interés para los criminólogos, porque estos experimentos pueden ser utilizados para perfeccionar la técnica de perfil geográfico, algo que es imposible hacer con los criminales, por razones obvias", agrega.
Los estudios de psicología criminal han demostrado que el PG se basa en dos factores fundamentales.
Éstos son: el hecho de que la mayoría de los crímenes son cometidos en la cercanía del domicilio del criminal, y en el hecho de que a pesar de esa cercanía existe una "zona de seguridad" cerca de su domicilio en la que no comete crímenes.
"La mayoría de los crímenes ocurren cerca del domicilio del asesino pero no en el área que rodea directamente su casa", dijo a la BBC el doctor Raine.
"Esto se debe a los temores de ser atrapado por alguien conocido".
Basados en estos dos parámetros los criminólogos pueden crear el geoperfil que les permitirá estudiar las áreas donde es más probable que viva el asesino.
Y entre más preciso el modelo del perfil geográfico, más pronto se logrará atrapar al criminal.
Más simples
Las abejas tienen cerebros mucho más sencillos así que será más fácil entender la forma como estos insectos eligen a sus flores, que entender la complejidad de los pensamientos de un asesino en serie
Dr. Nigel Raine
En el nuevo estudio los investigadores marcaron a las abejas con pequeñísimos números de colores para seguirlas hacia sus panales sus parches de flores.
Éstas técnica de monitoreo, llamada Identificación de Radio Frecuencia, es la misma que se utiliza para rastrear las existencias en almacenes o supermercados.
Los investigadores descubrieron que las abejas también crean una "zona de seguridad" alrededor de su colmena en la cual no forrajean, para reducir el riesgo de que depredadores y parásitos localicen sus nidos.
Es, dicen los científicos, un patrón de conducta similar al del perfil geográfico de los criminales que acechan a sus víctimas.
Ahora, en lugar de utilizar la información sobre la distribución de flores visitadas por las abejas para explicar su conducta, los modelos criminalísticos podrán utilizar los detalles sobre las escenas del crimen, ubicación de robo, abandono de autos e incluso cadáveres para buscar a un sospechoso.
"Las abejas tienen cerebros mucho más sencillos así que será más fácil entender la forma como estos insectos eligen a sus flores, que entender la complejidad de los pensamientos de un asesino en serie" reflexiona el doctor Raine.
BBC Ciencia
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