Casa verde y lista en dos semanas

Una casa prefabricada, que se integra perfectamente en la naturaleza, con un bajísimo coste de construcción (unos 550 euros por metro cuadrado, la mitad del de una vivienda convencional), sin consumo energético y sin generar residuos. Es el último prototipo de vivienda sostenible, se llama Green Box (caja verde), se construye en sólo 15 días y es obra del arquitecto Luis de Garrido.

La casa, prefabricada
e integrada en la naturaleza, no tiene consumo energético

La vivienda, que se está construyendo en Barcelona desde primeros de mes, será presentada oficialmente en Nueva York el próximo martes, aunque serán los visitantes de la Feria Internacional de la Construcción (Construmat 2009) los que podrán verla de cerca -del 20 al 25 de abril en el recinto ferial Gran Vía de Barcelona- por dentro y por fuera.

Diseñada por Luis de Garrido, elegido arquitecto del año 2008 por la International Steel Building Association y el American Institute of Architects, la vivienda pretende ser un referente internacional de la nueva arquitectura, ya que cumple con todos los indicadores de arquitectura sostenible: tiene un consumo energético cero de energía convencional, y se autorregula térmicamente debido a su diseño bioclimático y al aprovechamiento de la energía geotérmica y solar.

Además de su carácter ecológico, la Green Box tiene una estructura arquitectónica muy flexible. El interior es completamente diáfano, y su estructura permite compartimentar el espacio de acuerdo con la voluntad de sus ocupantes.

Puede convertirse en oficina, residencia, apartamentos, museo, sala de exposiciones...

Puede convertirse en oficina, residencia, apartamentos, museo, sala de exposiciones... La vivienda puede ampliarse, reducirse o modificarse en cualquier momento, de forma sencilla y sin necesidad de obras.

Todos los componentes de la vivienda son reutilizables y no generan residuos -las piezas se sujetan por gravedad o presión de unas sobre otras y con tornillos-. Y sólo hacen falta cinco personas para instalar los módulos que integran la casa.
Un jardín en el tejado

Lo más llamativo de la Green Box es su cubierta ajardinada inclinada -por la que se puede pasear- y su jardín vertical.

La cimentación es de hormigón armado, con una cámara de aire subterránea que permite que se enfríe el aire en verano y que se caliente en invierno. La casa se calienta gracias a sus grandes superficies de vidrio orientadas al sur y a su calefacción por suelo radiante solar.
Sólo hace falta tener una parcela en la que instalar la casa. Y si se quiere cambiar de lugar de residencia, no hay problema: se puede desmontar y montar la Green Box tantas veces como se quiera, sin residuos y en sólo dos semanas.

Hacia un nuevo modelo
La Green Box será el centro de atención de Construmat. Pero habrá mucho más: todas las novedades en materiales de construcción e ingeniosas propuestas de arquitectura e interiorismo orientadas hacia un nuevo modelo de respeto al medio ambiente. De hecho, la feria está organizada por la Asociación Nacional de la Arquitectura Sostenible y de la Vivienda del Futuro.

Fuente 20minutos.es
Colaboradora: Elizabeth Genesca

Descubren una nueva población de orangutanes en la isla de Borneo

No todo son malas noticias para los grandes simios. Un grupo conservacionista americano ha descubierto una nueva población de orangutanes mientras inspeccionaba los bosques de una zona montañosa al este de la isla de Borneo, en Indonesia. Allí encontraron 219 asentamientos de estos primates...

Erik Meijaard, de la organización ecologista americana The Nature Conservancy, afirmó que si bien no pueden asegurar el número exacto de ejemplares, el cálculo más prudente estima que al menos hay 700 orangutanes, por lo que fácilmente su número podría llegar hasta 1.000 o 2.000.

Para Biruté Mary Galdikas, una científica canadiense que ha pasado más de 40 años estudiando animales en su hábitat natural, encontrar una población de la que la ciencia no tenía noticia siempre es importante, y más una de este tamaño. Además, quiso hacer especial hincapié en que estos ejemplares encontrados pertenecen a la rara subespecie del orangután negro de Borneo.

Se estima que en la Tierra quedan unos 50.000-60.000 ejemplares del género Pongo, de los cuales el 90 por ciento vive en Malasia e Indonesia. Sin embargo la selva tropical, su hábitat natural, se ha estado destruyendo desde finales de los años 90 para desarrollar plantaciones de palma aceitera con las que producir aceite. Ambos países son los mayores productores de esta grasa usada en alimentación y cosmética. Además, su demanda ha aumentado especialmente en EEUU y Europa debido a su uso como combustible poco contaminante.

Así, el hecho de que una población tan numerosa haya podido escapar del desarrollo obedece a varias razones: una topografía empinada y brusca, un suelo pobre para el cultivo y las escarpadas montañas de piedra caliza que protegen este enclave natural.

Cabe destacar que recientemente se ha descubierto además otra población de varios cientos de simios en Sumatra. Según Paul Hartman, del US-funded Orang-utan Conservation Service Programme, todos estos descubrimientos indican que todavía hay una oportunidad para salvar a este animal.

De ahí que las organizaciones conservacionistas quieran trabajar con las autoridades locales para proteger dicha área y otras que se encuentran fuera de los parques protegidos de Indonesia.

Fuente: elmundo.es
Colaboradora: Elizabeth Genesca

La placa Wilkins pierde el puente de hielo que la unía a la Antártida

La placa helada Wilkins ha perdido el último eslabón que la unía a la península antártica. El puente de hielo que la mantenía sujeta a tierra firme -la placa flota sobre el océano- se ha roto este sábado, han informado los científicos que vigilan la zona desde que detectaron los primeros efectos del calentamiento global. La ruptura de este puente supone que la Wilkins ha quedado a la deriva y que su desintegración es inminente.

"Es increíble cómo se ha roto esta porción de hielo. Hace dos días, estaba intacta", ha asegurado David Vaughan, del Centro Británico de Investigación Antártica, a la agencia Reuters tras observar una imagen de la placa tomada por el radar del satélite europeo Envisat.

La ruptura del puente ha liberado un conjunto de icebergs. La pérdida de esta porción helada, que medía casi 100 kilómetros de ancho en 1950, va a provocar que las corrientes oceánicas aceleren la desintegración de la Wilkins, que estaba unida a las islas Charcot y Latady y que comenzó a sufrir un extraordinario retroceso en la década de los noventa.

La placa Wilkins había sido estable durante el siglo pasado. Los científicos investigan ahora qué procesos están interviniendo en las fracturas de placas heladas en la zona, asegura la Agencia Europea del Espacio (ESA), que recuerda que en los últimos 50 años la temperatura media ha subido 2,5 grados centígrados. Otras nueve placas se han roto o retrocedido en la Antártida en el último medio siglo, como la Larsen A en 1995 o la Larsen B en 2002, modificando bruscamente los mapas del continente helado.
 
Fuente elpais.com
Colaboradora Elizabeth Genesca