Desaparece a paso acelerado ahora que a la erosión natural se suma el robo para alimentar una industria de la construcción en auge.
La arena caribeña está siendo robada de noche en camiones. Desaparece tan rápido que los pueblos y las zonas con una ecología frágil quedan expuestos al oleaje y las aguas agitadas.
En Puerto Rico, las empresas de construcción se robaban arena de las dunas de Isabela, al norte, según Ernesto Díaz, del Departamento de Recursos Naturales. Pero ahora se la llevan de la pequeña isla de Vieques, de apenas 135 kilómetros cuadrados (52 millas cuadradas).
Otra playa muy golpeada por el robo de arena es la de Grenada, donde se está construyendo un muro marino de $1.2 millones para proteger esta isla de 340 kilómetros cuadrados (131 millas cuadradas). La desaparición de la arena ha hecho que los pueblos de la costa norte queden muy expuestos a las aguas agitadas, de acuerdo con Joseph Gilbert, ministro de Obras y Medio Ambiente.
Jamaica también tiene un problema grave. Al norte de la isla, salieron 100 camiones repletos de arena y dejaron mangles y un bosque de limas muy expuestos al viento y las olas.
Se calcula que a fines de julio fueron robados unos 20,000 metros cúbicos (706,000 pies cúbicos) de arena, una cantidad que podría llenar diez piscinas olímpicas, según el comisionado de minas de Jamaica, Clinton Thompson, quien sospecha que funcionarios del gobierno estuvieron involucrados.
''Me sorprendió la cantidad. No se puede robar tanto sin que nadie se entere'', afirmó.
La policía se ha negado a hablar de la marcha de las investigaciones.
La extracción ilegal de arena en el Caribe comenzó en la década de 1970, cuando la gente, pala en mano, sacaba pequeñas cantidades para usar en la construcción de viviendas, hechas mayormente de madera. Pero los robos aumentaron al comenzar a usarse cemento y alcanzaron niveles insospechados con el boom de la construcción de hoteles y resorts que, irónicamente, atraen a turistas con imágenes de playas inmaculadas.
Se calcula que de aquí al 2012 abrirán 80 hoteles nuevos en el Caribe, según Smith Travel Research.
Algunas islas tienen canteras o designan ciertas playas para la extracción de arena para la construcción, pero continúan los robos en gran escala a pesar de la vigilancia policial.
Ya no se usan palas sino maquinaria pesada para cargar la arena, que se vende a $260 el metro cúbico.
''Si seguimos perdiendo arena al paso que vamos, no habrá más arena. Solo mar y sol'', dijo Gilbert.
No se sabe cuánta arena ha sido robada, pero islas como Tortola, Anguilla y San Vicente son ahora vulnerables a inundaciones, indicó Gillian Cambers, investigadora de la Universidad de Puerto Rico. Señaló que dos tercios de la arena de las dunas de Tortola y Nevis han desaparecido.
En la isla de Carriacou, Granada, de 34 kilómetros cuadrados (13 millas cuadradas), con una población de 6,000 personas, se pierde casi un metro de playa por año debido a la extracción ilegal de arena, manifestó Gilbert.
En Barbuda, los ladrones de arena cavaron un cráter de siete metros (23 pies) de profundidad, dañando un depósito de agua subterránea, la cual ya no se puede utilizar, reveló el ambientalista John Mussington.
Los huracanes también hicieron que aumente la demanda de arena para reconstruir viviendas, según los gobiernos de Antigua y Barbuda.
En caso de ser atrapados, los ladrones de arena se exponen a multas bajas y condenas a prisión cortas.
Hay quienes dicen que los castigos no están acorde con la falta. En Granada, por ejemplo, una persona es multada con $190, menos que el costo de un cargamento de arena.
''Uno puede ir, sacar la arena, pagar las multas y salir ganando'', afirmó Randolph Edmead, director del departamento de planificación y medio ambiente de St. Kitts.
Legisladores de Granada esperan triplicar las multas y castigar el robo de arena con hasta dos años de cárcel. En Jamaica planean imponer multas de hasta $11,000 y permitir que se confisque equipo pesado usado en las excavaciones.
Algunas islas consideraron la posibilidad de importar arena para llenar nuevamente sus playas, pero dicen que es demasiado costoso y que eso no resuelve nada, ya que traslada el problema de una isla a otra.
Gilbert dijo que se siente ''horrorizado'' por lo que está sucediendo y pidió que se tomen medidas para proteger las costas.
''Hay que hacer algo porque si no nos vamos a quedar sin playas'', declaró.
La arena caribeña está siendo robada de noche en camiones. Desaparece tan rápido que los pueblos y las zonas con una ecología frágil quedan expuestos al oleaje y las aguas agitadas.
En Puerto Rico, las empresas de construcción se robaban arena de las dunas de Isabela, al norte, según Ernesto Díaz, del Departamento de Recursos Naturales. Pero ahora se la llevan de la pequeña isla de Vieques, de apenas 135 kilómetros cuadrados (52 millas cuadradas).
Otra playa muy golpeada por el robo de arena es la de Grenada, donde se está construyendo un muro marino de $1.2 millones para proteger esta isla de 340 kilómetros cuadrados (131 millas cuadradas). La desaparición de la arena ha hecho que los pueblos de la costa norte queden muy expuestos a las aguas agitadas, de acuerdo con Joseph Gilbert, ministro de Obras y Medio Ambiente.
Jamaica también tiene un problema grave. Al norte de la isla, salieron 100 camiones repletos de arena y dejaron mangles y un bosque de limas muy expuestos al viento y las olas.
Se calcula que a fines de julio fueron robados unos 20,000 metros cúbicos (706,000 pies cúbicos) de arena, una cantidad que podría llenar diez piscinas olímpicas, según el comisionado de minas de Jamaica, Clinton Thompson, quien sospecha que funcionarios del gobierno estuvieron involucrados.
''Me sorprendió la cantidad. No se puede robar tanto sin que nadie se entere'', afirmó.
La policía se ha negado a hablar de la marcha de las investigaciones.
La extracción ilegal de arena en el Caribe comenzó en la década de 1970, cuando la gente, pala en mano, sacaba pequeñas cantidades para usar en la construcción de viviendas, hechas mayormente de madera. Pero los robos aumentaron al comenzar a usarse cemento y alcanzaron niveles insospechados con el boom de la construcción de hoteles y resorts que, irónicamente, atraen a turistas con imágenes de playas inmaculadas.
Se calcula que de aquí al 2012 abrirán 80 hoteles nuevos en el Caribe, según Smith Travel Research.
Algunas islas tienen canteras o designan ciertas playas para la extracción de arena para la construcción, pero continúan los robos en gran escala a pesar de la vigilancia policial.
Ya no se usan palas sino maquinaria pesada para cargar la arena, que se vende a $260 el metro cúbico.
''Si seguimos perdiendo arena al paso que vamos, no habrá más arena. Solo mar y sol'', dijo Gilbert.
No se sabe cuánta arena ha sido robada, pero islas como Tortola, Anguilla y San Vicente son ahora vulnerables a inundaciones, indicó Gillian Cambers, investigadora de la Universidad de Puerto Rico. Señaló que dos tercios de la arena de las dunas de Tortola y Nevis han desaparecido.
En la isla de Carriacou, Granada, de 34 kilómetros cuadrados (13 millas cuadradas), con una población de 6,000 personas, se pierde casi un metro de playa por año debido a la extracción ilegal de arena, manifestó Gilbert.
En Barbuda, los ladrones de arena cavaron un cráter de siete metros (23 pies) de profundidad, dañando un depósito de agua subterránea, la cual ya no se puede utilizar, reveló el ambientalista John Mussington.
Los huracanes también hicieron que aumente la demanda de arena para reconstruir viviendas, según los gobiernos de Antigua y Barbuda.
En caso de ser atrapados, los ladrones de arena se exponen a multas bajas y condenas a prisión cortas.
Hay quienes dicen que los castigos no están acorde con la falta. En Granada, por ejemplo, una persona es multada con $190, menos que el costo de un cargamento de arena.
''Uno puede ir, sacar la arena, pagar las multas y salir ganando'', afirmó Randolph Edmead, director del departamento de planificación y medio ambiente de St. Kitts.
Legisladores de Granada esperan triplicar las multas y castigar el robo de arena con hasta dos años de cárcel. En Jamaica planean imponer multas de hasta $11,000 y permitir que se confisque equipo pesado usado en las excavaciones.
Algunas islas consideraron la posibilidad de importar arena para llenar nuevamente sus playas, pero dicen que es demasiado costoso y que eso no resuelve nada, ya que traslada el problema de una isla a otra.
Gilbert dijo que se siente ''horrorizado'' por lo que está sucediendo y pidió que se tomen medidas para proteger las costas.
''Hay que hacer algo porque si no nos vamos a quedar sin playas'', declaró.
de By DANICA COTO / AP
http://www.elnuevoherald.com
recibido de Anabella Koesling. Gracias amiga.
http://www.elnuevoherald.com
recibido de Anabella Koesling. Gracias amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario