millones más que en 2007
Al menos 963 millones de personas son víctimas del hambre en el mundo, 40
millones más que en 2007
El 65% de personas desnutridas se encuentran en India, China, República
Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía, según la
FAO | Los efectos de la crisis serán aún más devastadores entre los pobres
de las áreas urbanas y en las familias que están guiadas por una mujer
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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) ha presentado su informe de la inseguridad alimentaria en el mundo
(SOFI) con datos de 2007, en los que se habla de 923 millones de
desnutridos, pero el estudio, explicaron con pesar, se ha quedado antiguo
después de anunciar que en 2008 serán 40 millones más las personas que pasan
hambre.
Además, las previsiones son descorazonadoras pues la FAO advirtió de que "la
actual crisis económica y financiera puede conducir todavía a más gente
hacia el hambre y la pobreza".
"Los precios de los alimentos han bajado a nivel mundial desde principios de
2008, pero este descenso no ha solucionado la crisis alimentaria en muchos
países pobres", dijo hoy el Director General Adjunto de la FAO, Hafez
Ghanem, al presentar el estudio.
Asimismo, explicó el organismo de la ONU, los precios de los principales
cereales han caído más del 50 por ciento desde sus máximos a principios de
2008, pero permanecen altos comparados con los años precedentes y en octubre
todavía eran un 28 por ciento más altos respecto al mismo mes de 2006.
Con precios de semillas y fertilizantes (y de otros insumos) a más del doble
de su nivel de 2006, los campesinos pobres no han podido aumentar su
producción, añadió la FAO.
"Los efectos de la crisis serán aún más devastadores entre los pobres de las
áreas urbanas y en las familias que están guiadas por una mujer, que
resultan las más afectadas junto a los niños", añadió la FAO.
La gran mayoría de las personas desnutridas en el mundo -907 millones- vive
en países en desarrollo, según los datos del informe, y de ellas, el 65 por
ciento se concentra en siete países: la India, China, la República
Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía.
Casi dos tercios (583 millones en 2007) de los hambrientos del mundo viven
en Asia, el continente más poblado, mientras que en el África subsahariana,
una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de desnutrición
crónica.
También en Latinoamérica y el Caribe, que alcanzaron su mayor éxito en la
reducción del hambre antes del alza de los precios, las nuevas subidas han
incrementado el número de personas hambrientas hasta los 51 millones.
El director de la FAO, Jacques Diouf, explicó que estos datos son el
resultados de "la falta de una acción concertada global para combatir el
hambre", y alertó que sin un empeño por parte de los países desarrollados
será imposible conseguir el lejano objetivo del Milenio de reducir a 500
millones el número de hambrientos.
Diouf explicó que bastarían los 30.000 millones de dólares anuales que
solicitó a los líderes mundiales durante la cumbre mundial sobre la crisis
alimenticia del pasado junio en Roma para relanzar la agricultura y evitar
amenazas futuras de conflictos generados por la carestía de los alimentos.
Pero lamentó que estos no hayan llegado, así como tampoco el organismo de
las Naciones Unidas "ha visto un dólar de los 11.000 millones que fueron
prometidos por algunos país al final de dicha cumbre".
El director de la FAO recordó a estos países que mientras se preparan a
invertir ingentes cifras para ayudar a los bancos o el sector del auto a
superar la crisis financiera, "existe antes que nada una urgente crisis
alimentaria mundial que tiene que ser una prioridad política".
Para evitar llegar a la triste cifra de los 1.000 millones de personas que
pasan hambre, la FAO realizó un llamamiento para que gobiernos, los
donantes, organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y el sector
privado deben combinar estrategias para abordar las consecuencias de los
precios elevados de los alimentos. En detalle, "estas medidas tienen que
ayudar en especial a los pequeños agricultores de países en desarrollo" y
"crear redes de seguridad y programas de protección social para población
más vulnerable a la crisis".
fuente adnmundo.com
colaboradora Elizabeth Genesca
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