Tortugas Laud también anidan en Colombia

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Descubren que tortugas laúd, que pueden llegar a pesar 800 kilos, anidan en Antioquia y en Chocó

Por eso, Mulatos y La Playona, dos playas de esos departamentos, ubicadas sobre el mar Caribe, acaban de ser declaradas como unas de las más importantes del mundo.

Tres científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (Csic), entre ellos dos colombianos, exploraron por dos años las costas del océano Atlántico, entre Colombia y Panamá, y descubrieron que son usadas por el reptil para depositar sus huevos y reproducirse.

La tortuga laúd es un animal que puede llegar a medir más de 2 metros, y un mérito del hallazgo es que siempre se había indicado que sus principales sitios de anidación en América Latina eran las Guayanas, Guatemala, México, Nicaragua y Costa Rica.

"Con esto, Colombia nace para la especie y se transforma en su esperanza. Esta región del Urabá puede ser una de las cinco más importantes del mundo para su conservación", le dijo a EL TIEMPO desde Valencia (España) el biólogo Adolfo Marco, director de la investigación, un estudio que fue desarrollado en campo por Juan Patiño y Liliana Quiñones, de la Universidad de Antioquia.

La frase de Marco se justifica por el hecho de que la tortuga laúd es uno de los animales más amenazados del mundo y ha sido declarado en peligro crítico de extinción por la Unión Mundial para la Naturaleza (Uicn). Se estima que más del 90 por ciento de sus ejemplares están acabados.

Según la bióloga mexicana Laura Sarti, a comienzos de los 80 había 75.000 en el Pacífico oriental; hoy no quedan más de 500.

En busca de los nidos

Para consolidar la investigación, Niño y Quiñones recorrieron unos 100 kilómetros de costas durante dos años. Encontraron 6.000 nuevos nidos, la mitad de ellos en la playa de Armila, una zona panameña que limita con la localidad chocoana de Sapzurro.

Allí descubrieron que la tortuga es protegida por un grupo de indígenas kuna, que la consideran sagrada. Cualquier daño a su entorno es relacionado por los aborígenes con años de tragedia y hambre.

Sin embargo, no sucede lo mismo con el resto de habitantes del continente. Unos, en su mayoría población de escasos recursos, comen su carne y sus huevos porque los consideran afrodisíacos; y los empresarios que construyen hoteles destruyen las playas y zonas de reproducción al levantar edificios e instalar sistemas de iluminación.

También, los leñadores, al deforestar, dejan troncos abandonados en la arena que impiden que las tortugas lleguen hasta sus nidos. Y no falta la persona que piensa que una laúd puede ser un buen animal doméstico. Por eso muchas han sido halladas en jardines de casas, junto con gatos o perros.

La ironía también rodea a esta especie. Las tortugas son importantes para el entorno natural porque casi el ciento por ciento de su dieta está compuesta de medusas, criaturas que al reproducirse en exceso perjudican la pesca.

Sin embargo, aunque indirectamente se vuelven aliados de este negocio, los barcos que viven de capturar atunes, tiburones y peces espada, matan las tortugas al usar redes de enmalle que están integradas por más de 60 kilómetros de anzuelos y que arrasan con todos los seres vivos a su paso.

El afán de las tortugas por alimentarse las lleva a la muerte al consumir bolsas plásticas que son arrojados a los mares por toneladas y que confunden con las medusas.

El estudio del Csic, financiado por el banco Bbva y apoyado por la Universidad de Exeter del Reino Unido, determinó que el 70 por ciento de los sectores de anidación hallados en Colombia tienen buenas condiciones para la reproducción de este animal, que puede vivir hasta los 100 años y nadar por debajo de los 1.500 metros de profundidad en cualquier océano, incluso cerca de los polos.

"España se ha vinculado con esta investigación porque las tortugas que nacen en Colombia visitan las costas españolas y se alimentan acá, y en cierta forma integran a nuestros países", explica Marco, quien anuncia que el siguiente paso será reforzar la preservación de la especie en el Atlántico e iniciar estudios en el Pacífico, donde la situación de la tortuga es peor.

"El turismo es una de las causas de la desaparición de la tortuga, pero puede ser lo mejor que le podría pasar. En Europa hay miles de personas que pagarían cualquier suma por ver una. Por eso hay que hacer más rentable la tortuga viva que la tortuga muerta", agregó Marco. Este descubrimiento acaba de ser publicado en la revista científica británica Biological Conservation.

JAVIER SILVA HERRERA
REDACCIÓN VIDA DE HOY
Publicación realizada gracias a la colaboración de Elizabeth Genesca. Agradecida :)

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