Las inundaciones mortíferas pueden verse mucho más agravadas por la destrucción de ecosistemas que por el cambio climático, estiman expertos del medio ambiente.
La deforestación intensiva, la transformación de pantanos en tierra cultivable o el crecimiento urbano y la acumulación de basura que obstruye los sistemas de desagüe son algunas de las razones que acentúan las consecuencias de las inundaciones, afirman.
"No podemos limitarnos a echarle la culpa a la naturaleza", declaró Ganesh Pangare, coordinador regional para el agua y los pantanos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), radicado en Bangkok.
"Los humanos hemos invadido las zonas inundables", agregó.
Para Pangare, un mejor manejo de dichas zonas limitaría las consecuencias humanas y económicas de los desastres naturales, como las lluvias récord que han azotado a Pakistán, dejando un saldo de 1.400 muertos.
"Las infraestructuras tienen que estar en lugares seguros. Si no, el desarrollo de Asia se vuelve insostenible", puntualizó.
Para Red Constantino, quien dirige en Manila el Instituto del Clima y Ciudades Sostenibles, el cambio climático se ha convertido en un buen pretexto para los dirigentes asiáticos cuando ocurren desastres naturales.
"Cuando hay inundaciones de gran amplitud, se le suele echar la culpa al cambio climático, cuando los problemas se podrían solucionar localmente", afirmó Constantino.
"Estemos donde estemos, en Yakarta, Bangkok o Manila, hay cosas obvias que se pueden hacer, como mejorar la transformación de la basura, el uso de la tierra o el manejo del crecimiento urbano", añadió.
Constantino recordó que el temporal tropical Ketsana, que azotó Manila y sus alrededores el año pasado, provocó las peores inundaciones en 40 años y la muerte de más de 400 personas.
Si bien la entonces presidenta Gloria Arroyo subrayó la incidencia del cambio climático, otros factores humanos también incidieron.
Así, millones de personas habían construido viviendas en zonas inundables en las últimas décadas y se habían destruido bosques aguas arriba, mientras que la basura obstruía canales. Todo esto agravó el desastre, aseguró.
"Manila está sufriendo las consecuencias de una muy mala planificación territorial", máxime que, tras el desastre, no hubo mayores cambios en la política urbanística.
Para Bruce Dunn, especialista del medioambiente en el Banco Asiático de Desarrollo, la deforestación en Asia es uno de las principales agravantes de las inundaciones.
El experto recordó que el estudio de la universidad australiana Charles Darwin y la Universidad Nacional de Singapur indicaba que una destrucción de bosques de 10% puede provocar un aumento de la frecuencia de las inundaciones de 4% a 28%.
En medio de tantas políticas que hacen empeorar las cosas, Dunn citó algunos ejemplos contrarios, como lo realizado por China en materia de reforestación tras las grandes inundaciones de los años 1980.
La deforestación intensiva, la transformación de pantanos en tierra cultivable o el crecimiento urbano y la acumulación de basura que obstruye los sistemas de desagüe son algunas de las razones que acentúan las consecuencias de las inundaciones, afirman.
"No podemos limitarnos a echarle la culpa a la naturaleza", declaró Ganesh Pangare, coordinador regional para el agua y los pantanos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), radicado en Bangkok.
"Los humanos hemos invadido las zonas inundables", agregó.
Para Pangare, un mejor manejo de dichas zonas limitaría las consecuencias humanas y económicas de los desastres naturales, como las lluvias récord que han azotado a Pakistán, dejando un saldo de 1.400 muertos.
"Las infraestructuras tienen que estar en lugares seguros. Si no, el desarrollo de Asia se vuelve insostenible", puntualizó.
Para Red Constantino, quien dirige en Manila el Instituto del Clima y Ciudades Sostenibles, el cambio climático se ha convertido en un buen pretexto para los dirigentes asiáticos cuando ocurren desastres naturales.
"Cuando hay inundaciones de gran amplitud, se le suele echar la culpa al cambio climático, cuando los problemas se podrían solucionar localmente", afirmó Constantino.
"Estemos donde estemos, en Yakarta, Bangkok o Manila, hay cosas obvias que se pueden hacer, como mejorar la transformación de la basura, el uso de la tierra o el manejo del crecimiento urbano", añadió.
Constantino recordó que el temporal tropical Ketsana, que azotó Manila y sus alrededores el año pasado, provocó las peores inundaciones en 40 años y la muerte de más de 400 personas.
Si bien la entonces presidenta Gloria Arroyo subrayó la incidencia del cambio climático, otros factores humanos también incidieron.
Así, millones de personas habían construido viviendas en zonas inundables en las últimas décadas y se habían destruido bosques aguas arriba, mientras que la basura obstruía canales. Todo esto agravó el desastre, aseguró.
"Manila está sufriendo las consecuencias de una muy mala planificación territorial", máxime que, tras el desastre, no hubo mayores cambios en la política urbanística.
Para Bruce Dunn, especialista del medioambiente en el Banco Asiático de Desarrollo, la deforestación en Asia es uno de las principales agravantes de las inundaciones.
El experto recordó que el estudio de la universidad australiana Charles Darwin y la Universidad Nacional de Singapur indicaba que una destrucción de bosques de 10% puede provocar un aumento de la frecuencia de las inundaciones de 4% a 28%.
En medio de tantas políticas que hacen empeorar las cosas, Dunn citó algunos ejemplos contrarios, como lo realizado por China en materia de reforestación tras las grandes inundaciones de los años 1980.
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