David contra Goliat: la hormiga y el elefante


Las acacias de Kenia tienen un gran aliado para defenderse de los elefantes, que las derribarían y devorarían sin piedad si no fuera por unas hormigas mil millones de veces más pequeñas que ellos.

"Es una historia de David contra Goliat", señaló el biólogo Todd Palmer, autor principal de un estudio sobre el tema, que se publicado en la revista Current Biology.

Las columnas de hormigas enfurecidas disuaden a los paquidermos introduciéndose en su sensible trompa si se atreven a acercarse a las acacias, que a cambio de protección ofrecen a sus guardianes refugio y alimento en forma de dulce néctar.

Con ello, estos insectos tienen un importante impacto sobre el ecosistema de la sabana en la que viven, al proteger a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero, señala el estudio.

Hasta ahora se creía que en la vegetación de la sabana influían la lluvia, los nutrientes del suelo, los herbívoros y el fuego, pero Palmer sugiere que a la lista se añada la defensa de las plantas ejercida por los insectos.

Los biólogos de la Universidad de Florida (EEUU) se dieron cuenta durante una investigación en el centro de Kenia de que los elefantes se apartaban de una variedad de acacia común en la zona, la 'Acacia drepanolobium' en la que proliferan estas hormigas, mientras se alimentaban de la 'Acacia mellifera' que está libre de estos insectos.

Tras realizar una prueba, descubrieron que "a los elefantes les gusta comer esas plantas (que habitualmente tienen hormigas) tanto como la 'Acacia mellifera'. Cuando en cualquiera de las dos especies hay hormigas las evitan como los niños evitan el brécol", señaló Palmer.

En otro experimento, los científicos eliminaron las hormigas de algunas acacias y comprobaron un año después que estos árboles habían sufrido muchos más daños que los demás. Imágenes por satélite tomados entre 2003 y 2008 confirmaron que las hormigas tenían un efecto generalizado a largo plazo sobre la sabana, explicó Palmer.

La trompa del elefante es muy sensible a las picaduras de las hormigas y es el auténtico 'talón de Aquiles' del gigantesco animal. Según Palmer, al parecer es el olor el que alerta a los elefantes de la presencia de las hormigas, por lo que estos olores podrían ser aplicados a los cultivos humanos para evitar que sean arrasados por los paquidermos.

La destrucción de los cultivos es una de las principales causas de que los elefantes sean abatidos por el hombre en el este de África.

Fuente: elmundo.es
Colaboradora: Elizabeth Genesca

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